Outplacement

Los seres humanos trabajan desde siempre, pero nunca se lo ha valorado como en la actualidad. Podemos caer en la tentación de pensar que el trabajo fue siempre valorado, sin embargo el concepto de trabajo ha variado a lo largo de la historia, remontándose a la Grecia Clásica, caldeos, hebreos, romanos y cristianos, pasando por el valor del trabajo en la Edad Media y la ética mercantil, hasta alcanzar el nuevo orden laboral del capitalismo industrial. Para luego asar a la actual era del conocimiento.
En la actualidad el trabajo está unido al ser en el mundo, la identidad, la inclusión social, la autorrealización y la valoración de las personas. Aquellos que no logran ser parte del mundo de la producción y generar dinero a través del trabajo son considerados personas de segunda clase.
Dadas estas condiciones, es comprensible que la pérdida del empleo sea afecte profundamente en el plano emocional, además del plano económico. La persona pierde confianza en sí misma, poder de acción en la sociedad, autoestima, suele sentirse culpable y tiene problemas dentro de su núcleo familiar.
Suele sentir vergüenza ante su nueva situación lo cual lo lleva a encerrarse en sí mismo, entrar en estados depresivos que le impiden desarrollar estrategias y acciones para insertarse en el mercado laboral.
Por otro lado, ha habido un cambio de paradigma en el mercado laboral. La vieja estructura patriarcal, donde un trabajador se ponía en las manos de una organización que lo protegía y velaba por su futuro profesional tiende a dejar de existir.
Los vínculos entre empleador y colaborador se han ido desafianzando, generando un modelo donde el trabajador es responsable de su propio plan de carrera y de su nivel de empleabilidad.
Se ha generado un quiebre en el modelo de relación laboral que implica un proceso de adaptación en los trabajadores. Precisamente, las antiguas estrategias de inserción laboral pueden estar perimidas a la hora de la reinserción.
Es por tal motivo que muchas personas necesitan orientación en el mencionado proceso. Necesitan de apoyo emocional, orientación respecto a los vínculos familiares, capacitación sobre el nuevo mundo laboral y las estrategias de acción a seguir.
Finalmente, las organizaciones están insertas en un mundo cada vez más cambiante, donde los rápidos procesos de adaptación se hacen imprescindibles para su desarrollo. Así, las desvinculaciones programadas son parte de su gestión de desarrollo de personas.
Sin embargo, también dichos procesos se dan dentro del marco de la responsabilidad social de las organizaciones y su relación con el público externo e interno. De esta manera, la utilización de un servicio de desvinculación asistida (Outplacement) será el último eslabón de las políticas de gestión de talento humano.